Guía para una Mente Sana: 08 Contacta con la Naturaleza

El ser humano está diseñado para vivir en la naturaleza, por ello, integrarse en la naturaleza es otro de los objetivos de la salud mental. Los grandes núcleos urbanos son los que alojan mayor densidad de trastornos mentales. También es cierto que las oportunidades laborales surgen en los núcleos urbanos y muchas personas se ven forzadas a vivir en la ciudad, su ritmo, ruido, polución, irritabilidad y hacinamiento.

Actualmente, pasamos mucho tiempo dentro de casa acompañados de dispositivos como la computadora y el celular, esto debido a las nuevas realidades de estudio en línea y teletrabajo suscitado por la pandemia, lo cual nos puede llevar a momentos de estrés, ansiedad o angustia afectando nuestra salud mental. Sin embargo, recientes estudios sugieren que la naturaleza puede ayudar a nuestra mente y cuerpo a mantenernos sanos

Cuando te diriges a un bosque, el organismo comienza a cambiar en cuestión de minutos: disminuyen la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y lo más probable es que tu estado de ánimo comience a mejorar.

Varios estudios confirman que las incursiones frecuentes en la naturaleza también pueden reducir los niveles de la hormona del estrés, combatir la depresión, facilitar un mejor sueño, fomentar la creatividad y hacer a las personas más amables y menos agresivas, entre otros maravillosos beneficios.

¿Qué dice la ciencia?

El científico Gregory Bratman, de la Universidad de Stanford, ha encontrado evidencias en sus diversos estudios sobre cómo la naturaleza afecta nuestro estado de ánimo de alguna manera.​

​​En uno de sus estudios, publicado por la revista PNAS: “La experiencia en la naturaleza reduce la rumiación y la actividad neuronal en la corteza prefrontal subgenual”, en el cual, a los participantes se les examinó tras una caminata de 90 minutos, encontrando que los implicados que anduvieron en un entorno natural disminuyeron la rumiación (pensamiento repetitivo centrado en emociones negativas) exponencialmente, mostrando una mayor actividad en la corteza prefrontal subgenual, área del cerebro relacionada con enfermedades mentales como la depresión y ansiedad. 

Dicho hallazgo sugiere que la naturaleza puede tener importantes impactos positivos en el estado de ánimo y aspectos de la función cognitiva, incluida la memoria de trabajo, así como un efecto amortiguador sobre la ansiedad. 

Los japoneses se toman estos beneficios en serio —lo llaman shinrin-yoku, o baños forestales— y utilizan la inmersión contemplativa en la naturaleza como una forma de terapia.

El método también se ha extendido en Estados Unidos, donde puedes contratar a uno de los cada vez más numerosos guías de baños forestales para conducirte en venerables excursiones por un bosque.

También puedes darte un baño en la naturaleza tú mismo si sales a dar un paseo reparador por el parque, si trabajas en el jardín o si te sientas a escuchar los pájaros durante 15 minutos debajo de un árbol en el patio trasero.

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