¿Cómo se cultiva la gratitud?

Investigaciones sugieren que con sólo dedicar cinco minutos al día, anotando las cosas por lo que estás agradecido puede aumentar tu sensación de bienestar en aproximadamente un 30%

A decir verdad, si llevas un diario en la noche, terminarás el día más relajado, lo que puede ayudarte a dormir más profundamente, además, entrenarás tu mente para notar las cosas por las que estar agradecido durante el día.

Para llevar un diario de gratitud sólo necesitas:

  • Un lápiz
  • Mantener el diario de gratitud al lado de la cama
  • Anotar una cosa por la que estás agradecido antes de dormir

Desde luego, no podemos dejar de recomendarte nuestro propio programa de agradecimiento que puedes descargar haciendo clic en el siguiente enlance:

https://quierovivirsano.org/descagasQVS/?id=9

  1. Presta atención. Repasa las experiencias de tu día a día. Nunca des por sentado las bendiciones y las cosas que tienes y lo bueno que te ocurre. Aunque sean trivialidades y rutinas, toma conciencia de ellas.
  2. Escribe listas de gratitud. Este hábito es recomendado por varias de las fuentes consultadas ya que te obliga a establecer una rutina alrededor de la gratitud. Se trata de proponerte escribir diariamente una breve lista de las cosas por las que estás agradecido ese día en particular. Cosas que te pasaron, personas que estuvieron a tu alrededor, cosas que viste, negocios que lograste, metas que alcanzaste, pasos que enderezaste, cualquier cosa que sea positiva. Al tener la rutina de escribirlas, te obligas a pensar en ellas y hacerlas presentes.
  3. Ponte recordatorios de gratitud a lo largo del día. SI el ritmo del día nos lleva por delante, una forma de recordarnos de tener momentos de gratitud es colocarnos alarmas a ciertas horas en nuestro celular o reloj. Cuando la alarma suena, debemos encontrar algo por lo cual estar agradecido en ese preciso momento. Si estamos en medio de una reunión, podemos dar mentalmente las gracias por la oportunidad que esa reunión presenta, o aprovechar para dar verbalmente las gracias a alguna persona que está con nosotros. Cuando comemos, podemos dar gracias por tener alimento. Al trabajar en un proyecto, podemos dar gracias por tener ese contrato, si estamos con nuestra familia, podemos dar gracias por ese rato que disfrutamos con ellos. No es algo planificado. Simplemente, cuando te suena la alarma, toma conciencia del momento y encuentra algo que agradecer. Y literalmente, agradece por ello, bien sea con una nota, con un pensamiento o con una frase hacia otro.
  4. Envía notas de agradecimiento. Hoy en día la facilidad de las comunicaciones nos permite hacerlo de muchas formas en pocos minutos. Desde enviar un email, hasta una nota de voz o un mensaje de WhatsApp, hay muchas maneras informales de dar las gracias sin que nos tome mucho tiempo y esfuerzo. Este hábito tiene la gran virtud de tener doble beneficio, ya que no solamente te hace sentir bien a ti por manifestar la gratitud, sino que hace sentir bien a quien lo recibe, multiplicando su efecto.
  5. Haz el propósito real y “oficial” de reducir tus quejas. Oblígate a “no quejarte” por un día entero y verás que te resulta más fácil al final del día hacer un recuento de las cosas por las cuales estar agradecido.
  6. Ora. Si eres devoto de alguna religión, el momento de la oración puede ser la oportunidad diaria para recopilar tus agradecimientos, tomar consciencia de ellos y elevarlos a cualquiera sea la figura que recibe tu mensaje de fe.

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